miércoles, 26 de agosto de 2009

"Cuenta la historia que en un pequeño pueblo cerca de la grandiosa ciudad de holanda habitaba un hippie. Era un hombre de cabello largo muy bien cuidado, ojos verdes, pelo castaño con entradas de canas y un cuerpo esbelto.
Era un hombre con una pasmosa facilidad para ser feliz. El simple hecho de estar con sus 3 amigos tocando con la guitarra canciones de su icono musical por excelencia sir Bob Marley, y fumarse un par de porritos en el transcurso de dicha actuación, le hacia feliz. No necesitaba más. Su guitarra, sus porros y sus amigos.
El hombre decidio vivir en la "clandestinidad social" cansado de los ruidos, las nuevas tecnologías, el estrés y la muerte de su mujer a causa de un accidente de trafico provocado por un imbecil que iba mirando el movil mientras conducia.
Bien, pues he aquí que un buen día el hombre murio de un infarto de miocardio a causa de tanto ser feliz (también llamado ingestión masiva de porros, sobredosis...).
Sus amigos le prepararon una fiesta sorpresa a la cual no pudo asistir el pobre hombre (le venía mal), asi que unos dias mas tarde le prepararon un entierro sorpresa, al que si asistió. Poco antes de irse pal otro barrio le dijo a uno de sus amigos:
-Cuando vine a este mundo la gente estaba feliz. No quiero que cuando me vaya la gente se ponga triste. Yo vine a este mundo para traer felicidad. Como diria el grandisimo freddie mercury, the show mus´t go on. La vida sigue-
Fieles a su petición, en su entierro tocaron la guitarra y fumaron porros (esta vez, con precaución) y la gente se río y se divirtió. Se cumplió la última voluntad de su amigo."

Este hombre murió a los 50 años de edad. Pero dejó en su legado una inmensa cantidad de felicidad.
No sabía usar un movil, no sabía utilizar un ordenador, demonios! no sabia ni lo que era un Bluetooth. Pero sabía algo mucho más valioso que todo eso. Sabía ser felíz y hacer felíz a la gente. Probablemente no vivió el tiempo que merecía pero puede estar satisfecho de que todo lo que vivió lo hizo con intensidad y con una radiante y casi incombustible felicidad.

martes, 25 de agosto de 2009

VOLVERE

Del desgarrador y torturador silencio de mis entrañas sacare la fuerza necesaria para luchar contra la aburrida y deprimente rutina. Asi me siento yo. Solo y aburrido.
Todos los dias cuando voy en el metro hacia mi trabajo tengo la inquieta sensacion de que estoy perdiendo el tiempo. Los dias pasan como horas. Todas las semanas es lo mismo. Llega el lunes y ya estoy pensando en el vienes. Llega el viernes y pienso que dentro de poco otra vez es lunes. Y con la tonteria se me han pasado ya 20 años de mi vida.
Es por eso que quiero hacer una locura, para perseguir un sueño. Volver a la ciudad donde se quedo gran parte de mi ser entre su gente, mi gente. Vover a almeria. Allí quedó una huella entre mi gente, y deje un amor que pudo ser mas intenso de lo que fue. Aguadulce, algun dia volvere. Volvere a ese lugar donde la rutina se convierte en fiesta. Volvere a ese lugar que nunca debí abandonar. Volvere a ese lugar que llevo en el corazón. Volvere... Volvere a vivir.
UN ABRAZO A TODA MI GENTE. OS QUIERO.
Holaaa bloggeros!!! Este es mi primer blog y quisiera dar las gracias a los que me leen y me leeran. Al mismo tiempo quisiera reivindicar que la escritura (sea en papel o en pc) es una buena forma de desahogarse y de compartir ideas. Nada mas. Espero que os gusten mis delirios (tambien llamados reflexiones) y, por que no, que os ayuden en todo lo que se pueda. Un saludo a todos.

lunes, 24 de agosto de 2009

La música

“La vida es como una melodía por hacer donde cada nota representa un sentimiento, que a veces suena bien y otras mal. Por eso no vivo para tocar, toco para vivir”. Esta frase podría haberla escrito perfectamente un filosofo o un escritor. Pero no. La ha escrito ni más ni menos que yo. Y hago esta declaración porque creo firmemente en el poder de la música.
¿Nunca habeis escuchado eso de “la música amansa a las fieras”?
Yo creo que es verdad. Por lo menos a mi me funciona. No es que yo sea una fiera. Pero sí es verdad que en los momentos tensos, en los problemas, ya sabeís en todas esas “notas que suenan mal”, me relaja y sobre todo me evade por unos minutos.
Por ejemplo cuando vengo de trabajar, que vengo cansado física y psicológicamente, lo primero que hago es tocar la guitarra. Después de cambiarme y ducharme pongo música en la minicadena. Porque la música me habla.
Solo escuchar unos simples acordes que suenen bien, me hacen olvidar por un momento todo lo malo. Muchos pensarán que estoy loco. Pero ¡¿qué coño?! Yo soy feliz en mi locura. Además como bien decía mi madre (que en paz descanse) “hay cierto placer en la locura que solo los locos conocen”. Ahora, casi 20 años después de venir a este mundo, empiezo a entender esa frase.

En el metro

Y aquí estoy yo. En el metro de camino hacia mi trabajo escribiendo gilipolleces. Todos los días veo las mismas caras de siempre mezcladas con caras desconocidas.
A mi izquierda, y sumida profundamente en su tarea, hay una mujer sudamericana haciendo punto. A mi derecha no hay nadie ya que me gusta sentarme siempre en el ultimo asiento de las filas de 3 que hay en el metro.
Pertenezco a esa serie de personas a las que les toca “pringar” cuando los demás están en la playa o (a esas horas) durmiendo. Y todo para cobrar un mísero sueldo. Fallo mío por no haber querido estudiar cuando tuve la oportunidad. En fin gajes del oficio.
El mundo es muy raro. Las relaciones personales y todo eso. Por ejemplo, me parece muy curioso que en una estación de metro muy concurrida se crucen a diario millones de personas sin conocerse de nada entre sí (salvo pequeñas excepciones).
Comparten el mismo tren, el mismo suelo y en ocasiones la misma ruta, sin embargo no se conocen de nada. Curioso ¿verdad?